Nikola Jokic hizo historia con una actuación brillante de 56 puntos, 16 rebotes y 8 asistencias, pero ni su mejor versión alcanzó para evitar la derrota de los Nuggets ante los flojos Washington Wizards por 122-113. El serbio, visiblemente molesto tras el partido, no ocultó las falencias del equipo, que acumula 11 derrotas en 21 juegos y sigue sin encontrar regularidad: “Creo que hoy y los últimos partidos fueron realmente malos para nosotros. Vamos en la dirección equivocada. Es culpa de todos”, sentenció con crudeza.
Fiel a su estilo particular, Jokic lanzó una frase irónica que dejó en claro su frustración. “En mi país, después de este tipo de racha, te llega un cheque un poco más chico del que esperás”, dijo con una sonrisa amarga, para luego redoblar la apuesta: “Tal vez eso es lo que necesitamos. Un poco de motivación de esa manera”. A pesar de ser el líder en rebotes de la liga (13.6 por partido) y escolta en puntos (31.4) y asistencias (10.3), Jokic quedó prácticamente solo en un equipo que extrañó demasiado las ausencias de Jamal Murray y Aaron Gordon.
El problema central de Denver radica en el banco. La apuesta por jóvenes talentos seleccionados tarde en el Draft no está dando frutos, y las estadísticas lo confirman: los suplentes son los peores de la liga en efectividad de campo (38%). Mientras los Wizards celebraron la enorme noche de Jordan Poole con 39 puntos y nueve triples, los Nuggets dejaron escapar otra chance y ahora deben reaccionar rápido si no quieren seguir complicándose en una Conferencia Oeste cada vez más exigente.