El básquet argentino vivió una emotiva fiesta en Parque Roca debido a que la Generación Dorada celebró el título olímpico conseguido hace 20 años en los Juegos de Atenas 2004.
El 28 de agosto de 2004, el equipo conducido por Rubén Magnano se imponía por Italia por 86-69 para colgarse la medalla dorada. A esa final, la Generación Dorada había llegado al derrotar nada menos que a Estados Unidos por 89-81.
La fiesta contó con la presencia de los campeones olímpicos: Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Juan Pepe Sánchez, Alejandro Montecchia, Walter Hermann, Gabriel Fernández, Hugo Sconochini (capitán del equipo), Leonardo Gutiérrez, Carlos Delfino y Rubén Wolkowiski.
La noche, además, tuvo en cancha a invitados especial como así también los grandes referentes del básquet nacional se dieron el lujo de jugar con sus hijos. El triunfo, anecdótico, quedó para el equipo Blanco ante el Azul.
«Es difícil hablar en representación a otros 11 más, pero me animó a decir que van a sentir lo mismo que yo: no se puede creer esto. Cuando empezamos a hablar de hacer este evento, dijimos ‘quién mierda va a venir a vernos. Quién va a querer ver a 12 viejos jugando lento’. Llegamos y vimos esto, te toca el corazón. Es realmente fuerte», expresó Manu Ginóbili, el encargado de hablar por el equipo en un estadio a reventar.
«Cuando uno piensa y empieza a digerir que esto ya pasó, que uno no lo va a vivir más, que se retiró, que nunca más va a poder tener este tipo de afecto… Y venir acá, sentirlo de esta manera, es fuerte. Les agradezco en nombre de todo el equipo enormemente, esto no pasa en todos lados. Pasaron 20 años y están acá. Un millón de gracias a todos, estamos conmovidos. Felices. Teníamos dudas, esto es impagable», agregó Manu.
Hablando de Ginóbili, la noche tuvo un mensaje para los campeones olímpicos de Gregg Popovich, quien dirigió al bahiense en San Antonio Spurs, y uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a Ricardo González, hoy con 99 años, quien fue el capitán del seleccionado que se consagró campeón del mundo en 1950.
El cierre entregó otro de los momentos emotivos y esperados, la recreación del podio en el que uno por uno recibió la medalla dorada que quedará en la historia del básquet argentino, y será uno de los grandes recuerdos olímpicos de nuestro país.
La Generación Dorada quedará por siempre en la historia del deporte argentino y la gente colmó Parque Roca para hacerlo saber. La fiesta se cerró al grito de «dale campeón, dale campeón».