Liga Nacional

Magnano: “Nos sentamos al televisor para mirar jugar a selecciones ajenas”

El entrenador que ganó el oro olímpico con la Selección Argentina habló sobre el importante retroceso del básquetbol.

Le sobran pergaminos a Rubén Magnano. Reconocido en todo el mundo especialmente por haber ganado el oro olímpico con el seleccionado argentino de básquetbol, su reputación lo llevó a conducir también los seleccionados de Brasil y Uruguay.

Multicampón con Atenas de Córdoba en la Liga Nacional, también supo ser campeón del Torneo Nacional de Ascenso con Luz y Fuerza de Posadas.

Aunque la frutilla del postre, sin dudas, fueron el subcampeonato mundial en Indianápolis, el campeonato sudamericano de Valdivia, en 2001, el campeonato en el Premundial de las Américas, también en 2001, y por supuesto, la inolvidable medalla dorada en los Juegos de Atenas 2004.

Hace unos días participó en el V Congreso de Ciencias de la Motricidad Humana que organizada el Instituto Superior del Profesorado de Educación Física del Club Atlético Quilmes de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires.  En un anticipo de su disertación, Magnano recibió a la prensa marplatense en el segundo piso de la entidad “tricolor”. Y enriqueció a todos con su gran capacidad.

Atención total

Magnano, también profesor de Educación Física, tiene una virtud que les asiste a muy pocos: cuando habla, es imposible no dedicar todos los sentidos a seguirlo con suma atención. Literalmente “no vuela una mosca”.

Acompañado por el director del Instituto, Mariano Ferro, y por el presidente del club Marcelo Jiménez, quien retomó sus funciones, Magnano se refirió al alcance y la importancia del Congreso que se realizará este sábado.

“Una vez leí algo muy interesante, sugestivo, al entrar en un estadio en Puerto Rico: ‘Donde hay alguien que quiera aprender, debe haber alguien que sepa enseñar’. Entonces, la adecuada preparación de las personas que están al frente, es la verdadera materia prima que tiene una institución”.

Y resaltó, con una certera metáfora, la importancia de los clubes. “Aplaudo y tengo veneración por los clubes. Son hoy esos curiosos quijotes que, cuando sopla el viento, en lugar de protegerse y hacer trincheras, edifican molinos para aprovechar la energía”.

Consultado sobre la necesidad de estimular el movimiento en niños de corta edad, estableció que “el deporte es sólo una herramienta de la Eduación Física. Habría que preguntarse qué pasa hoy con nuestra Educación Física, aquella te nutre, en el caso específico del básquetbol, de correr, saltar y lanzar. El niño tiene que vivir la Educación Física, sentirse estimulado y ampliar su campo de acción, en una antesala antes de ser absorbido por un club en alguna disciplina deportiva”.

También se le preguntó sobre la forma correcta de hacer docencia en la actualidad. “Con elementos vitales en la educación -afirmó-. Con preparación, porque si no te preparás, no tenes capacidad para transmitir conocimientos. Con capacidad para escuchar y ser perceptivo. Así, quien está al frente de un grupo (alumnos o jugadores), podrá analizar y atender una determinada problemática. Nosotros hicimos docencia a nuestra manera, avalados por los resultados. Pero se pueden lograr los mismos resultados de otra manera.

Retroceso

Por último, no esquivó el compromiso crítico para evaluar la actualidad del seleccionado argentino.

“Yo siempre pido coherencia. Hace mucho tiempo yo decía que los responsables de lo que sucedía con la Selección estaban asentados en tres patas: dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. Hoy sigue siendo igual. Entonces, que levanten la mano y se hagan responsables de lo que pasa. A mí, todo esto me despierta esa sensación de decir ¿cómo se hicieron las cosas para que sucediera lo que acaba de suceder? ¿Quiénes son responsaibles de emitir juicio? No me atrevería ahora desde la vereda de enfrente a señalar o a explicar. Pero sí me me atrevo a exigir que asuman responsabilidades”.

Y concluyó: “Nosotros éramos un agente multiplicador, una vitrina observada por el mundo y eso implica una cantidad de niños y jóvenes que se acercan al club, a la escuelita o picar una pelota. Después del Mundial fútbol no había lugar para anotarse en las escuelas de fútbol. Y es algo lógico. Ahora nos sentamos frente al televisior para mirar jugar a selecciones ajenas, en el Mundial y en los Juegos Olímpicos. Sufrimos un retroceso importantísimo. Y todavía no he visto que alguien levante la mano”.

Nota del Diario La Capital de Mar del Pplata

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