Murió Jerry Sloan, emblema de Utah Jazz y de los banquillos de la NBA
Obviamente que ni Utah Jazz ni Jerry Sloan tienen el atractivo de los Bulls o de Jordan, pero el fallecimiento del exentrenador del Jazz hoy marca la muerte de una de las mayores leyendas que tiene la Liga en cuanto a directores técnicos.
Sloan, que además fue jugador 11 años en la NBA (10 con Chicago Bulls), comenzó su carrera de entrenador poco después de terminar la de jugador. Se retiró en 1976 y en 1979 ya estaba en el banco de, otra vez, Chicago Bulls, su segunda casa para ese entonces. Allí duró casi tres temporadas, hasta 1982.
En ese interín, no le fue demasiado bien, como a casi todos los que habían dirigido a Chicago, salvo en la campaña 1980/81, en la que jugó dos rondas de playoffs, venciendo 2-0 a los Knicks y perdiendo 4-0 ante Boston. Ganó 96 partidos y perdió 125 con los Bulls, siendo cortado promediando la temporada 1981/82.
Tres años después comenzaría su carrera en la que sería su lugar en el mundo: Utah Jazz. Llegó como asistente en 1985 de una institución de los Jazz: Frank Layden, el corpulento coach de las frases únicas. Los Jazz tenían dos jóvenes prometedores en su plantel, recién llegados: John Stockton, que había llegado en 1984, y Karl Malone, un fornido novato. Layden se quedó hasta apenas iniciada la campaña 1988/89, en donde se retiró y le dejó su puesto a Sloan, que ya estaba preparado para el cargo.
Cuando asumió, la dupla Stockton-Malone ya estaba afianzada, pero con Sloan se convirtieron en el mejor dúo de la NBA a partir de la implementación de un pick and roll clásico tan elemental como imposible de frenar. En realidad, era más pick and pop que pick and roll, porque en general terminaba con el tiro de 4/5 metros de Malone de frente al cesto, que tenía totalmente dominado. Similar a lo que ocurriría años después con Prigioni y Scola en Baskonia.
Con Stockton y Malone como mascarón de proa, Utah se convirtió en protagonista central de la NBA, aunque sin poder llegar a las finales en la primera etapa campeona de los Bulls, cayendo dos veces ante Portland y una ante Seattle. Cuando Jordan dejó el primer hueco, tampoco pudo dar el zarpazo: Houston lo eliminó en ambas ocasiones.
Jordan volvió a Chicago y hubo que seguir peleando por el segundo puesto, algo que Utah consiguió en los dos últimos años de MJ en los Bulls. Antes, en 1996, había quedado cerca, pero otra vez sacado de la cancha por Seattle, mientras que en 1997 y 1998 llegó a las finales de la NBA. Lo que ocurrió lo sabe todo el mundo. En la primera perdió 3 de los 4 partidos decisivos por 4 o menos puntos. Le faltó coraje y personalidad al momento de ganar.
En la segunda, algo parecido, pero con el agravante de tener la ventaja de localía, perdiendo dos de los tres partidos jugados en su casa, incluido el famoso sexto que ganaba por 3 faltando menos de un minuto, y que perdió tras el robo de Jordan a Malone y luego el tiro que quedó en la historia sobre Bryon Russell.
Ya sin Jordan nuevamente, pero con Malone y Stockton más veteranos (igual siguieron varios años más en Utah), los Jazz perdieron dos años seguidos contra Portland y luego no pudieron pasar nunca la primera ronda. Sloan siguió una década más y se retiró a los 69 años en 2011, luego de refundar el equipo con Deron Williams y llegar a una final de conferencia, perdida contra los Spurs, en 2007.
Ganó 1221 partidos de serie regular (perdió 803) y 98 de playoffs (104), siendo el cuarto de la historia con más triunfos, tras Don Nelson (1335), Lenny Wilkens (1332) y Gregg Popovich (1272). Adiós a una leyenda de todos los tiempos.