Quimsa pegó primero
Ismael Romero fue determinante en un trámite vibrante que el Xeneize emparejó pese a la disparidad entre ambos planteles. Sin embargo, la profundidad de la Quimsa fue decisiva y acaricia la final. El jueves, a las 18, es el segundo juego.
Quimsa y Boca no decepcionaron: protagonizaron un primer cruce apasionante que se definió en favor de la Fusión durante los dos últimos minutos del cuarto parcial. El combinado santiagueño, número uno de la fase regular, se adelantó en la semifinal y quedó a un triunfo de la clasificación a la final. Este jueves, nuevamente a las 18 horas y en el Templo del Rock, se disputará el segundo cruce.
La profundidad del plantel y la pluralidad de opciones a disposición de Santiago González marcaron la diferencia frente a un Boca de rotación limitada ante las molestias que aquejan a Tonny Trocha. Quimsa siempre tiene una opción más, una red de contención en caso de no poder concretar su plan inicial. Sin embargo, el Xeneize emparejó el trámite a partir de la experiencia de Leonel Schattmann y Nicolás de los Santos en un doble comando que alimentó la ilusión Xeneize.
Leonardo Mainoldi fue determinante: francotirador implacable, convirtió sus tres intentos de tres que atizan una postemporada inmejorable desde el perímetro con 13 triples convertidos en 15 intentos. Mainoldi fue imparable durante una primera mitad en la que sumó 13 de sus 16 unidades atacando las ventajas que conseguía en los emparejamientos frente a De los Santos y Federico Aguerre.
Gonzalo García ajustó en el entretiempo y Mainoldi casi no tuvo participación en ataque pero sus únicos tres puntos fueron determinantes: encestó un triple impensado en los últimos minutos para que Quimsa sacara una ventaja de nueve puntos a 1.32 del final que enterró definitivamente las chances del conjunto azul y oro.
En el tercer cuarto, cuando Quimsa era víctima de los propios altibajos que su entrenador había destacado como su déficit a evitar en la previa del juego, el cubano Ismael Romero Fernández sostuvo a la Fusión: rubricó una planilla de 22 puntos y 9 rebotes en 26 minutos con una altísima efectividad del 81% de tiros de cancha y hasta se dio el lujo de encestar un doble cayéndose. «Fue un gran partido de Ismael, aprovechamos los momentos de Ismael», analizó Alejandro Diez después de aportar cuatro puntos y tres rebotes en 15′
Sin respuestas en defensa ante la potencia de Romero Fernández en la zona pintada, Boca creció en ataque a partir de la combustión anotadora de la dupla Schattmann-De los Santos: entre los dos aportaron 37 puntos y encabezaron la resistencia del combinado de García. Tavario Miller y Adrián Boccia secundaron a los guardias Xeneizes. El bahameño apareció en todo su esplendor tras una primera mitad deslucida y finalizó con 12 puntos y 11 rebotes. Boccia, con 13 puntos, fue clave hasta la molestia que sufrió cuando a 7.45 del final del partido debió ser atendido por el cuerpo médico.
Empatados en 61 puntos de cara al decisivo último cuarto, en Quimsa apareció la profundidad de su rotación. Si la Fusión es considerado el mayor candidato al título es por la jerarquía y el talento que reúne también en su banco de suplentes. Franco Baralle anotó 9 de sus 12 puntos en el último parcial y se ganó disputar los diez minutos sin necesidad de que González recurriera a Nicolás Copello. Incluso Fabián Ramírez Barrios, quien anotó un triple en el arranque del último chico para extender la ventaja de su equipo a seis puntos, causó un impacto en el desenlace.
Quimsa dio una demostración cabal de su poderío ante un Boca que resistió pero terminó sufriendo la disparidad de recursos entre ambos equipos. La Fusión, con un Brandon Robinson deslucido y sin Diamon Simpson, de todas maneras hizo gala de su pluralidad en ambos costados de la cancha y encauzó una serie apasionante.
LNB.